La zona cero del desastre impresiona y uno de los principales puertos mediterráneo está en ruinas. La destrucción ha llegado mucho más allá y los daños materiales son cuantiosos en varios barrios de la ciudad.

Más de 130 personas han muerto, hay más de 5.000 heridos y 300.000 personas se han quedado sin hogar. Más allá de las causas, preocupan las consecuencias personales y materiales.

El mundo entero se solidariza con el Líbano y se multiplican las muestras de apoyo en ciudades como París, Tel Aviv o Palestina. Otros países, la Cruz Roja y la Organización Mundial de la Salud han enviado aviones con suministros y material de primera necesidad.

"Estamos decididos a investigar para encontrar a los responsables", ha sentenciado el presidente del país, Michel Aoun y la ministra de Información, Manal Abdel Samad Najd, notifica que "se ha decretado el arresto domiciliario obligatoria de quienes custodiaban el almacén".