El Gobierno belga ha creado las llamadas burbujas de contacto, que permiten a los alumnos de los cursos inferiores relacionarse sin mascarilla con sus compañeros.

De esta forma, solo pueden estar en contacto con los estudiantes de la misma clase pero no tendrán que utilizar mascarillas en estos recintos.

Los franceses pueden volver a los bares y restaurantes, pero no puede superarse el límite de diez personas en una misma mesa y es obligatorio el uso de mascarilla.