Además de los nueve detenidos y los heridos, la consecuencia trágica se produjo con el fallecimiento del ertzaina Inocencio Alonso, de 51 años, durante los incidentes que se produjeron en los alrededores del campo del estadio. El agente fue asistido por sus compañeros tras sufrir un infarto en pleno fragor del intento de contener la barbarie del enfrentamiento entre los dos bandos. Pero antes de ser trasladado al Hospital de Basurto, el agente de seguridad ya había fallecido.

El resultado del partido, victoria por 2 a 1 del equipo visitante, es una anécdota ante la gravedad de los enfrentamientos y el potencial peligro que encierra la continua presencia de organizaciones violentas y delictivas azotando al futbol.