Los ciudadanos hacen, en ocasiones, oídos sordos a las advertencias de los expertos y por ello hay que buscar soluciones más drásticas para que se cumplan las medidas de seguridad.

En Reino Unido, el dueño de un local ha colocado una valla con electricidad alrededor de la barra y, con ello, evitar que los clientes se acerquen demasiado.

Ubicar peluches en las mesas y sillas que no pueden ser ocupadas, las mamparas de separación o las cabañas de vidrio son otras de las medidas creativas para cumplir con las recomendaciones sanitarias.