Jozef Chovanec era detenido por no mostrar su tarjeta de embarque y tras golpearse la cabeza con una pared, los policías le tumban y ejercen presión sobre él. Uno de los agentes se sienta sobre su pecho durante 18 minutos.

Otra de las agentes realiza un saludo nazi, tal y como se puede ver en el vídeo de lo ocurrido hace dos años y sobre lo que las autoridades belgas han abierto una investigación.

Los cinco compañeros se ríen mientras le provocan un paro cardíaco. La víctima entró en coma y falleció al día siguiente en el hospital.

El Gobierno belga condena lo sucedido y el ministro de Justicia del país, Koen Geens, lo ha calificado de "impactante y totalmente intolerable". El número dos de la Policía de Bélgica ha dimitido.