La policía se ha enfrentado a centenares de manifestantes que han vuelto a desafiar el toque de queda y han tirado botellas, piedras y otros objetos a las fuerzas de seguridad.

Los agentes han respondido con gases lacrimógenos y el gobernador del estado de Wisconsin, Tony Evers, mantiene el estado de emergencia.

La víctima, Jacob S. Blake, continúa hospitalizado en cuidados intensivos y sufre parálisis en la mitad inferior de su cuerpo. Su familia ha pedido ayuda para los gastos médicos.

Las protestas dejan numerosos daños materiales en Kenosha, la ciudad donde fue herido, con comercios saqueados y edificios y vehículos quemados.