Alejandro Amenábar fue el protagonista de una noche muy especial en ‘El hormiguero’, donde compartió con Pablo Motos los detalles más íntimos y sorprendentes de su nueva película, ‘El cautivo’. En esta producción, el cineasta dirige a Julio Peña como Miguel de Cervantes, buscando la conexión emocional y creativa con el personaje.

Desde el inicio de la charla, Amenábar cuenta que lo que más le atrajo del autor de ‘El Quijote’ no fue su fama ni su legado literario, sino precisamente lo que aún ignoramos de él. Durante ocho años se documentó sobre la vida de Cervantes, en especial sobre su época como prisionero en Argel, una experiencia que, según el cineasta, marcó profundamente su carácter y su obra. también hace hincapié en la dureza de aquella etapa: torturas, mutilaciones, intentos fallidos de fuga y una convivencia con el horror… pero también una oportunidad única de conocer una cultura distinta. Esa dualidad, asegura, fue lo que enriqueció a Cervantes como ser humano y como artista.

La conversación con Pablo Motos también dejó espacio para una reflexión más íntima sobre el proceso creativo. El director confesó que necesita hablar con sus personajes para entenderlos, y que, en este caso, incluso mantuvo diálogos en voz alta con Cervantes durante la escritura del guion. Una imagen tan intensa como reveladora, que muestra hasta qué punto Amenábar se sumerge en las historias que cuenta.

En definitiva, Alejandro Amenábar nos recordó por qué contar historias —ya sea a través de un libro como Cervantes o una cámara como el— sigue siendo una de las formas más poderosas de conectar con los demás… y con nosotros mismos.