A pesar de la presión y las dificultades de mantenerse en la élite de su disciplina, incide en que "es una suerte" poder vivir de lo que le gusta y que, a pesar de la pandemia, "el circuito no ha parado".

Cuando está jugando fuera de España, se despierta con las noticias en los diferentes diarios y le gusta estar informado, pero si lee un titular con su nombre, procura no entrar, aunque la información sea positiva.

"La puntualidad no es mi punto fuerte", reconoce el tenista, así que no pudo echarle en cara a su mujer que llegara tarde al altar el día de la boda porque es él el que suele hacer esperar a los suyos.

Rafa ha confesado que aunque tiene autocontrol en la cancha y no pierde los nervios, pero reconoce que no le pasa lo mismo con aquello que no debería comer, como el chocolate con leche.