A Sebas se le han quitado las ganas de todo menos de comer y precisamente por eso ha estropeado el plan que tenían preparado para que protagonizara la hija parroquial con su buen hacer. Se ha tirado en plancha sobre la mesa de las tortillas y casi provoca una catástrofe.

Gracias a Dios y nunca mejor dicho, el padre Antón no ha sufrido un accidente y han podido evitar la tragedia, pero no han cumplido con su objetivo y Sebas sigue decaído. Echa tanto de menos a Pastora que se ha lanzado a los brazos de Visi, algo que Benigna ve como preocupante.

Justo cree que tienen que tener paciencia y ha intentado hablar con los tres para encontrar una solución que verdaderamente ayude a su amigo a levantar cabeza y recuperarse por completo. ¿Es el momento de acudir a especialistas? ¿Está Sebas preparado para ir a terapia psicológica?