La concentración de Beni y Visi es nula y su máxima preocupación es conocer todos los detalles de los divorcios de los famosos, saber cómo avanza el caso de Marcos Salaverría y cotillear con las vecinas sin dedicar el tiempo necesario a su negocio, que cada vez tiene menos futuro.

Justo les ha advertido de que si siguen así "BeniVisión" tiene los días contados y ha decidido, incluso, apartar el caso del divorcio que estaba llevando por falta de entendimiento con la clienta y para centrar sus esfuerzos en capitanear el proyecto del videoclub como si de un sargento se tratara.

Les ha requisado las revistas y la baraja de cartas, pero como no podía ser de otra manera, ellas han encontrado la solución con la radio. Eso sí, solo hasta que él ha vuelto convencido de que iba a sorprenderlas y así ha sido. Ahora ya solo les queda el teléfono, necesario para recibir llamadas de los clientes.