Pelayo está muy orgulloso de su nieta después de que les haya comunicado que continuará en el mismo colegio a pesar de lo que le está ocurriendo, una decisión muy valiente y que demuestra su madurez para enfrentarse a un problema que quiere solucionar y superar ella misma.

No obstante, Manolita y Marcelino van a acompañar a Catalina al centro educativo cada mañana y volverán a buscarla cuando termine sus clases para garantizar su seguridad y poder observar si se produce algún comportamiento sospechoso por parte de la compañera que le está amargando la vida en las aulas.

"Yo preferiría que cambiara y que no se enfrentara todos los días a esa chica", opina Manuela sobre la elección de su hija y es que cree que "con los abusones lo mejor es mantener la distancia", algo que no comparte Pelayo, que está contento porque Catalina no ha tirado la toalla.