Diego busca a Clara, pero la joven ya está de nuevo en las cocinas; se encuentra repuesta. El mayordomo también enseña a su señor la carta donde se comunica que Armando Belmonte, el padre de Clara, va a ser ejecutado en dos días.

Clara le acusa de haber sido él quien firmó esa sentencia de muerte, Diego no sabía que se trataba de su padre pero hará todo lo posible por pedir el indulto al Rey, escribiéndole una carta. Sin embargo, el soberano no está dispuesto, el pueblo exige justicia tras la muerte del coronel Quintanilla.

Por su parte, Amelia insta a doña Mercedes para que despida a Clara de la Hacienda, porque si ella sigue en palacio peligra su matrimonio con Diego. Doña Mercedes la tranquiliza afirmando que su hijo es un hombre de palabra. Amelia comienza a complicar la vida de Clara con antojos y cambios de decisión en los platos de comida, mientras le dice que está ante la futura esposa de Diego y duquesa de Castamar.