La labor de los rastreadores consiste en elaborar un listado de contactos de las personas contagiadas para contactarles y solicitar un aislamiento preventivo, de cara a frenar posibles brotes de coronavirus.

"Se queda corto el número de rastreadores que hay si los brotes son numerosos", traslada como queja Esther, que como muchos expertos considera necesario incrementar la cifra de trabajadores encargados del rastreo.

La clave de que su trabajo funcione de forma adecuada es la colaboración ciudadana y a veces es difícil "establecer una relación terapéutica con un enfermero al que no ponen cara. Necesitamos que confíen en nosotros".

"Si el número de contagios aumenta y la gente no se aísla cuando nosotros les llamamos, sí podemos estar hablando de una segunda oleada", ha alertado la jefa de rastreadores del Hospital de Ciudad Real.

Esther y sus compañeros se encuentran con personas que "directamente dicen que no se van a aislar o que no lo ven necesarios. Siguen sin entender que no tener síntomas no significa que son inmunes".