"A partir del año 2010 nos empezamos a sentir incómodos, pero porque la propia palabra 'restaurante' concebía una experiencia que en Mugaritz se estaba desdibujando", haciendo alusión al cambio de concepto de su propuesta.

El comensal es parte activa de la experiencia y es importante que desarrolle la creatividad y sepa por qué quiere formar parte de ese momento y por qué ha elegido ese lugar.

"La definición de creatividad que más me gusta es la que se acerca a la innovación, que es aquello nuevo y bueno", sentencia el chef, que apuesta por un ejercicio disruptivo para generar un impacto.