La tensión no deja de escalar en el hogar de los De la Reina. Andrés había sido claro: María debía abandonar la casa ese mismo día. Pero ella no piensa ceder ni un paso.

Desafiante, María se viste con el atuendo que planeaba llevar a la boda de Digna y don Pedro, decidida a aparecer del brazo de su aún esposo. Con frialdad le lanza un aviso: ha hablado con su abogado y, legalmente, él no puede echarla.

Andrés no lo puede creer. Fuera de sí, la amenaza directamente: si no se marcha, revelará a todos que fue ella quien asesinó a Víctor Zárate.

Pero las amenazas no surten efecto. María está decidida a quedarse... y a presentarse en la boda. Su rabia es tan intensa como su obsesión: “Prefiero morirme a veros juntos,” le grita con los ojos llenos de furia.

La discusión escala rápidamente hasta convertirse en un violento forcejeo. En medio del caos, ocurre lo impensable: María pierde el equilibrio y cae por la barandilla.

Su cuerpo queda tendido, inmóvil. ¿Ha sobrevivido a la caída? ¿Qué hará Andrés ahora?