La sombra del pasado regresa a aterrar a Fina. Santiago, el hombre que intentó violarla y que estuvo en prisión por ello, ha regresado tras obtener un permiso penitenciario para asistir al funeral de su abuela. Pero no volvió a la cárcel. Volvió por venganza.

En una escena cargada de tensión y miedo, Santiago atrapa a Marta y Fina en su casa. Sin salida posible, Marta intenta negociar con él: le ofrece joyas, dinero, incluso ayuda para escapar del país, todo con tal de salvar sus vidas. Pero el dolor y el odio de Santiago están fuera de control. “Tu fortuna no te va a servir de nada, tu dinero no podrá pagar que mi abuela muriese sola y desahuciada”

Consumido por la rabia, acusa a las familias de Marta y Pelayo de haber abandonado a su abuela, de vivir impunes, de controlar un sistema hecho a su medida. "En cuanto acabe con vosotras, voy a ir a por él, aunque sea lo último que haga", grita, antes de amenazarla con un cuchillo frente a los ojos de Fina y revelar el secreto sobre su relación. Su discurso se llena de desprecio y odio hacia ellas, por su amor, por su libertad, por ser quienes son.

Pero lo que parecía ser el fin… se convierte en el comienzo de una pesadilla aún más intensa.

Fina, con valentía, logra liberarse y ayudar a Marta a escapar. En el forcejeo, Fina le clava el cuchillo que el propio Santiago llevaba consigo. Derrotado y sin poder, cae al suelo. Marta abraza a Fina, intenta calmarla con ternura y ambas permanecen paralizadas por el miedo de lo que acaba de ocurrir.

Con la muerte de Santiago se cierra un ciclo de dolor y violencia. Pero más allá del final del agresor, lo que queda es la fuerza de dos mujeres que tendrán que enfrentar las consecuencias.