Durante una conversación íntima y romántica, Marta intenta calmar los miedos de Fina sobre el embarazo y le recuerda que, aunque no pueda ser madre de forma tradicional, podría ser como Digna, ya que ambas perdieron a sus madres muy jóvenes.

Fina, aun insegura, expresa sus dudas sobre el proceso de inseminación, pero Marta la tranquiliza asegurándole que es un método seguro y cada vez más común. Para darle confianza, le propone hablar con la doctora Luz, una profesional de total discreción.

Ilusionada, Fina acepta y accede a acudir juntas a la consulta. Con una mirada cargada de ternura, Marta le agradece por acompañarle a cumplir su sueño: “Eres lo mejor que me ha pasado en la vida”.