"La verdad es que ha sido dramático, yo estaba entrenando en el momento de la explosión. El susto que te llevas es muy grande y lo peor fue el camino de vuelta a casa, que fue bastante desagradable", relata el entrenador

Vive a las afueras de Beirut y en su zona lo más impactante fue ver cómo algunos heridos llegaban con cristales en el cuerpo al centro sanitario más cercano a su casa. Los hospitales están colapsados por la escalada de casos positivos de Covid-19 y ahora por la explosión en el puerto.

"Se dice que había un producto químico desde el 2014 guardado en el puerto y no se sabe a quién pertenece", cuenta Daniel, que tiene compañeros de equipo damnificados con daños materiales en sus casas, "pero físicamente ninguno ha resultado herido".